Tu asesor financiero personal

Síguenos

Facebook Twitter

Administración Financiera

Aprenda más sobre presupuesto, ahorro, y cómo llevar una vida financiera balanceada con los recursos con que cuenta.
Lee más

Recomendaciones para contratar un servicio financiero

Adquirir un producto financiero es una operación muy similar a comprar cualquier otra clase de producto o contratar un servicio determinado. Esto quiere decir que podemos y debemos poner el mismo cuidado y esmero, así como llevar a cabo las prácticas de compra que forman parte de nuestra vida cotidiana.

Múltiples opciones
Así como existe una oferta amplia de los productos de uso cotidiano, en nuestro país, existe también una gran diversidad de instituciones financieras que ofrecen sus productos y servicios.

Hay diferentes tipos de instituciones financieras como los bancos, las agencias de autofinanciamiento, las Sofol, las sociedades de inversión, casas de bolsa, aseguradoras, Afore, etcétera. De cada tipo de institución, existe también un buen número de opciones nacionales e internacionales. Además, cada compañía ofrece varios productos diferentes dentro de la misma institución.

Así, por momentos puede resultar confuso o problemático tener que elegir entre esta diversidad. Sin embargo, la variedad de opciones nos permite poder acceder a la que más nos convenga según nuestras necesidades, objetivos y expectativas.

Por esta razón, es muy importante estudiar con detenimiento las opciones y llevar a cabo un proceso de selección, que puede facilitarse siguiendo las siguientes recomendaciones:

Cotizar y comparar. Una de las primeras acciones que seguimos, casi instintivamente y sin pensarlo, es comparar precios y ofertas. Cuando vamos a comprar alimentos, ropa, calzado o algún aparato electrónico, por lo general, no decidimos la compra del primero que vemos en el aparador o que nos muestran en la televisión, sino que vemos dos o tres posibilidades. De esta manera, decidimos la compra de aquel que nos ofrece la mejor relación calidad-precio. De la misma forma, es recomendable comparar los costos reales y los beneficios netos que nos ofrece un producto financiero en cuestión.

Por ejemplo, si estamos pensando adquirir un seguro de automóvil, es conveniente consultar las opciones que hay no sólo en compañías dedicadas exclusivamente a los seguros, sino también en los bancos que cuenten con el servicio. Además, al realizar nuestra comparación, debemos preguntar por las diferentes opciones que nos ofrece cada compañía (seguro de cobertura amplia, limitada, con daños a terceros, con pago anual, bianual, bimestral, etcétera).

Lo mismo debemos hacer cuando estemos pensando en ahorrar, invertir o en solicitar un préstamo hipotecario, crédito al consumo, entre otros.
Al comparar, debemos tomar en cuenta factores como:
Comisiones. Al cotizar un servicio o producto financiero, es crucial tomar en cuenta las comisiones, puesto que sólo así sabremos cuánto vamos a pagar realmente y (en dado caso) cuál será la ganancia real. Debemos preguntar si existen gastos adicionales por manejo de cuenta, apertura de crédito, retiros, pagos anticipados, consulta de saldo, etcétera.

Impuestos. Un factor que no conviene olvidar al decidir sobre algún producto financiero es el de los impuestos. Existen productos por los que deberemos pagar impuestos y también otros que pueden ser deducibles (por ejemplo el ahorro complementario en la cuenta individual para el retiro). Al comparar productos, no debemos olvidar preguntar sobre la cuestión impositiva.

Atención y especialización de los ejecutivos. Por último, pero no por ello menos importante, debemos tomar en cuenta la atención y el nivel de conocimiento que demuestran los ejecutivos que manejan el producto financiero que deseamos contratar. Puesto que son ellos quienes nos explicarán el contrato y nos servirán como intermediarios con la institución financiera, es importante que nos transmitan confianza y seguridad, demostrándonos sus conocimientos en la materia.

Leer el contrato con detenimiento. Una vez que hemos realizado nuestra comparación y hemos reunido la información necesaria que nos ha llevado a una decisión, el siguiente paso importante es la firma del contrato. No debemos descuidar este punto ni tomarlo a la ligera, puesto que de él dependerán los derechos y obligaciones que tendremos con respecto al producto o servicio en cuestión.

Se nos debe permitir leer el contrato con detenimiento y analizar cada una de sus cláusulas. Los ejecutivos que nos entreguen el contrato no deberán apresurarnos ni presionarnos para firmar nada que no nos satisfaga o nos cause dudas. En caso necesario, deberán estar preparados para atender nuestras preguntas. Sólo debemos firmar cuando estamos totalmente seguros y convencidos de la operación.

Debemos poner atención también a los anexos (conocidos como endosos en el caso de los seguros). Se trata de páginas adicionales que agregan cláusulas o invalidan puntos del contrato general. Dichos anexos forman parte de la operación y también debemos entenderlos antes de aprobarlos con nuestra firma.

Proteger los datos confidenciales. Finalmente, debemos poner atención a la seguridad de nuestros datos confidenciales. No debemos mandar por correo electrónico nuestros números de cuenta y contraseñas, tampoco debemos responder solicitudes de información personal que nos lleguen por este medio. Al navegar por Internet, lo más recomendable es contar con las herramientas de seguridad necesarias (antivirus, antispam, firewall ).

Sitio recomendado: www.condusef.com.mx