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El objetivo de una compra es satisfacer adecuadamente las necesidades de las familias mediante una buena adquisición, tratando de mantener el balance financiero. Un consumo inteligente es la disminución del impacto negativo en las decisiones de compra fortaleciendo una nueva cultura de consumo; para lo cual, es importante que cada comprador sea crítico ante cualquier bombardeo de información y publicidad.

La base de una buena educación financiera es el control de nuestros ingresos y egresos.

Para controlar el gasto que realizamos día a día existen algunas consideraciones que nos apoyarán en los esfuerzos para mejorar nuestras finanzas personales.

A continuación se expone una guía para consumidores inteligentes.

  • Se recomienda hacer una lista semanal de los artículos que vamos a adquirir o renovar. Se invierte tiempo en ello; sin embargo, ayuda a conocer qué es lo que necesitamos exactamente y qué productos significan el mayor porcentaje del gasto. Preparar el menú de la semana en base a lo que tenemos en la alacena y lo que está de oferta en el supermercado, ahorra tiempo y dinero.
  • Llevar una lista de compras ayuda a no comprar lo que no necesitemos. Se sugiere que en el momento de comprar alimentos no hacerlo con el estómago vacío ya que esto provoca comprar en exceso.
  • Organizar nuestros gastos para no realizar compras compulsivas. Hacer un presupuesto de lo que se debe gastar es una buena estrategia de control y ahorro.
  • Investigar y comparar productos. Se recomienda hacer una lista de precios y consultar con frecuencia páginas especializadas como la de la Procuraduría del Consumidor (Profeco: www.profeco.gob.mx/ ).
  • Para acceder a descuentos en compras por volumen, es importante efectuarlas en tiendas con membresía. En éstas se venden los productos por mayoreo y son más baratos que en los supermercados regulares.
  • Un consumidor sustentable aprende a leer los ingredientes que componen los productos, esto evita que seleccionemos aquellos que contengan químicos (edulcorantes, conservantes, potenciadores, etcétera) en la medida que sea posible. Nuestra compra será útil y sana para la familia.
  • Convertirnos en consumidores críticos. Los publicistas y comerciantes tratan de impulsar al consumo, para ello manejan publicidad con valores como el estatus, el poder, el atractivo sexual o la fama. Un consumidor que es crítico ante la publicidad y la moda, y entiende perfectamente cómo funciona la mercadotecnia, adquiere sólo aquello que le es necesario, buscando el precio adecuado para su economía.
  • Comprar lo que realmente necesitamos. Evitar alimentos innecesarios como en el caso de la comida chatarra, donde no sólo ahorramos dinero, sino que mejoramos nuestra salud.
  • Elegir un producto económico no significa necesariamente de mala calidad o defectuoso, ya que para mejorar nuestras finanzas siempre será recomendable buscar ofertas. Por ejemplo, existen almacenes como los outlets que manejan saldos y precios por abajo del costo comercial.
  • Aprovechar rebajas de fin de temporada (liquidaciones), venta anual (noviembre), promociones en fechas especiales (día del Padre, Madre, San Valentín) ventas nocturnas (mercancía con descuentos accesibles) aprovechando el pago a plazos sin intereses.
  • Consumir de forma consciente. Un consumidor que conoce su capacidad de compra, de sus derechos y obligaciones, sabe lo que necesita, exige y asume las consecuencias de su modo de comprar.

El consumo inteligente está fundamentado en un conjunto de valores como la justicia, solidaridad, respeto a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. Promueve la moderación en las compras y adopción de hábitos éticos y ecológicos para consumir en armonía con los demás. El consumidor inteligente y responsable tiene el poder para emprender cambios favorables en las ofertas comerciales e incluso en las políticas de las grandes empresas, con la finalidad de hacerlas ajustarse a la producción de productos sustentables y que realmente sean empresas con responsabilidad social.

No se trata de evitar el consumo, si no de conocer cómo se lleva a cabo este acto, asumir las consecuencias de ese gasto y buscar que la mayor parte de las decisiones de compra representen un beneficio personal y, que al mismo tiempo, lo sea para la comunidad.

Las compras en el futuro
Carritos inteligentes en los supermercados. Estos novedosos carritos de compra interactivos funcionan a través de la huella dactilar. Incorporan tecnología en una pantalla de video que permite encontrar productos en los pasillos de venta, reciben promociones, y asimismo, escanean los productos elegidos. La pantalla informa el estado de compra y el importe del mismo, según se van colocando los artículos en el carrito. Al término de la compra el cliente indica con un botón la información del ticket, selecciona dónde desea pagar: pasillo de cajas o checkout automático. Esta y muchas otras innovaciones se están preparando por las empresas más importantes del mundo.

La forma en que consumimos es clave para definir como serán nuestras finanzas personales. Cuando se gasta sin planeación y control, se puede provocar la clásica situación donde mientras más se gana, menos se tiene.

Es importante tener consciencia plena de cómo realizamos las compras que satisfacen nuestras necesidades básicas y cómo podemos ahorrar para provocar mayor ahorro e inversión.

Referencias:
www.profeco.gob.mx/
www.ciao.es