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¿Cómo disfrutar mi ciudad en semana santa?

A días de las vacaciones de semana santa, Lourdes y su esposo Rogelio decidieron que este año, se quedarían en la ciudad en vez de salir de viaje, pensando que en ésta podrían hacer muchas cosas.

Así fue como iniciaron su semana visitando a los padres de Lourdes. Por lo regular necesitaban alrededor de una hora para trasladarse hasta ese punto, pero esta vez solamente requirieron de 20 minutos, con lo cual se dieron cuenta que debido al poco flujo vehicular, el gasto en gasolina fue mucho menor que en ocasiones anteriores.

Al día siguiente fueron al cine, pero esta vez invitaron a sus amigos. Al llegar se encontraron con una promoción, había un paquete de descuento para las entradas, siempre y cuando fueran más de dos personas, de modo que la oferta era perfecta para ellos y no dudaron en tomarla.

Terminada la función decidieron ir a comer. Desde hace algunas semanas atrás, Rogelio había querido ir a uno de los restaurantes más cercanos a su casa, sin embargo, no lo había podido hacer porque siempre que acudía, el número de personas en lista de espera era excesivo y para poder ordenar debía esperar largos lapsos de tiempo. Pero en semana santa, la demanda había disminuido considerablemente y no requirieron de tiempo de espera.

Ya casi al término de sus vacaciones, Lourdes y Rogelio asistieron al centro comercial para comprar todo aquello que habían necesitado y que no habían podido adquirir por falta de tiempo.

La tarde de ese mismo día notaron que el tránsito era ligero, por ello, cada uno tomó su bicicleta y juntos fueron a recorrer las calles de su ciudad. Para finalizar su paseo compraron un par de helados y se sentaron en la banca de un parque a admirar el paisaje urbano.

Lourdes y Rogelio tomaron la decisión más acertada al quedarse en su ciudad, ya que invirtieron su tiempo y dinero en actividades que quizás por sus ocupaciones del día a día no podían realizar, además de que se dieron cuenta que en ocasiones no es necesario planear unas vacaciones.